20 de julio de 2013

ALMAS

  


Como sabe que estoy escribiendo un artículo sobre leyendas familiares, me relató la propia.
La familia Bellughi con sus seis hijos viajaron a la Gran América, incorporando a punto de embarcar a un huérfano. De modo que Rocco, hijo único de adulto muerto de azadón en cabeza y de una quinceañera víctima de parto seco, se transforma en el séptimo niño que logra afincarse en Oregon. ¿Qué podía hacerse allí que ya no se hubiere hecho en Catanzaro? A lo sumo, como la hija mayor, convertirse en fanática de las Escrituras y el ayuno; o incursionar en la zona roja como el padre para aportar al matrimonio la gonorrea. Lo que Rocco jamás lograba era esconderse a reventar granos pues de inmediato los mayores atropellaban rumbo a la ordeña. Esto no es vida, se quejaba Rocco en calabrés. Para eso no había vomitado en la tercera del barco, ni comido pan mohoso ni se había dejado cambiar por una chaqueta los zapatos. Para eso no había sobornado a los marineros, ni escondido dos monedas ajenas en una media, ni espió el baño de mujeres aguantando los paraguazos al retirarse a destiempo. Para eso no hubo alucinado pájaros de niebla confundiendo campos con mares ni esperó que arribase un rey mago a traerle el rifle que encargara por escrito en un papel en una botella. No. 
Mejor rumbear al Sur.
Convertido en Rocky, fue curtidor de cueros en Uruapan y bostero en un haras de Maracay; en San Lorenzo vive en cierta casa de citas y naranjos donde aprende a bailar tango, hasta decidirse a buscar mujer. Novias sucesivas: esmerados retoños de mercachifles, herederas de prestamistas. Novias flojas, adocenadas, con pretensiones de hogar cerca del jardín materno o amantes de enjoyarse para al teatro y cambiar ropa de cama sin excusa. Novias para siestas sin sobresaltos discutiendo con la suegra metomentodo. No. Mejor renunciar a la casamentera y elegir a puro instinto. 

Así fue –concluyó el relato mi colega- que Rocky encuentra en una lavandería la japonesita que resultará ser mi abuela adorada y la que me indujo a estudiar medicina y después a dedicarme a ser el hurgador de almas (llamalo psicoanalista) que soy.



4 comentarios:

  1. a veces tus historias al principio parecen qe no van a ninguna parte y después van a la parte más sensible. besos, Iván.

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  2. Muchas gracias Iván.
    Sí, a veces las historias se (me)imponen de a poco; llegan trotando, tropezando y de golpe en un giro imprevisto van al grano que es -como bien describes- el punto sensible. Punto sensible de los personajes, de quien los escribe, y en ocasiones de los que leen.
    Besos, Marta

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  3. Este relato me gustó mucho, y me quedo con sabor a poco. Quiero encontrar su novela "inquietud" en versión digital, pero no puedo. Vivo en La Plata (bs as), Mondadori en una buena editorial, tal vez sea mejor tenerla en papel. De cualquier manera, si usted tiene algún link donde yo pueda ir a buscar la novela completa se lo agradecería. Un abrazo. Sabino.

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    Respuestas
    1. Sabino: muchas gracias.
      Respeto mucho su obra y será un placer que conozca mi novela.
      No sé en qué librería de La Plata puede encontrarla pero hay estas opciones para buscarla:
      Opciónes:
      http://www.megustaleer.com.ar/ficha/9789879397985/inquietud
      books.google.com/books?isbn=9876581538
      AMAZON: ASIN: B0089NULHM

      Un abrazo y hasta pronto!

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