Mediodía. Cedí mi hora de almuerzo para atender a un paciente.
Ayer llamó. ¿Es urgente? Urgente.
Cuando el paciente -llamémosle F.- ingresa, tengo la tremenda
sensación de haberlo visto hace
mucho tiempo; apenas reconozco su voz. Se sienta frente a mí y apoyando los
codos en las rodillas hunde la cabeza entre sus manos.
Callado.
Sigue callado 16 minutos después.
Yo muda a la par, y tan desorientada como ante el
profesional de fuste que supervisó mis primeros pacientes siendo como era
entonces una psicóloga novata e incauta disimulando infructuosamente su
perejilez. Entonces.
Ahora es preciso que intervenga porque F. en algún
momento dijo algo así como no puedo (o no quiero, tal vez) y tras suspiro
agregó "recapitulemos por favor recapitulemos". En ese instante comprendo qué le urge, qué teme, qué espera en ese momento recibir; y entonces, sin apuro aguardando que se agoten los suspiros, le lanzo uno de
mis clásicos ¿para qué?
Se endereza con los ojos llenos de lágrimas.
Todavía
me cuesta permanecer del todo inmune al llanto de los pacientes,
menos de los hombres (de los hombres en general) y me sobrevienen unas ganas
tremendas de abrazarlo -no teman, jamás, jamás tomaría ese riesgo-. Me mira, nos
miramos: que no es momento de frases hueras ni sesudas bien sabemos
los dos.
Entre tanto, vino viniendo el término de la
sesión. Voy a poder, dice al fin. Estoy segura respondo, y remato con otros de mis clásicos dejamos por hoy.
Reímos.
Se levanta y sin mediar anuncio me abraza; fuerte,
como me gusta. Lo acompaño hasta la salida y espero con la puerta abierta
a que llame al ascensor. Adiós.
Adiós.
Le había dado el alta la semana pasada, qué sentido
tendría recapitular. Va a poder,
no necesita más.
Pregunto: Eso de incauta es lo que se llama una licencia poética, verdad? El resto me encantó. Felicitaciones por el emprendimiento
ResponderEliminarIncauta, en pasado. Más de lo que yo creía, por supuesto. Más de lo que mostraba, no lo dudes. Y mucho más de lo que mis pobres primeros pacientes se merecían.
EliminarExcelente!!! Acuerdo con lo de "incuata", en algún momento sí lo fuimos.
ResponderEliminarMuchas gracias por tus palabras.
ResponderEliminarFuimos incautos para decirlo de manera discreta. Venía mixturado con algo, con algo que ahora ya ni puedo describir.
Las consecuencias personales de esa incautez no fueron menores que las profesionales. Y no hablo de las sociales porque a eso sí no me atrevo.