Mi amiga Clemen telefoneó muy temprano.
Ella es linda e irreverente; envidio esa
risa franca, el coraje, su adorable jardín. Mientras armó una casa, crió a los
hijos, se convirtió en académica prestigiosa y reflotó el estudio de abogados
de su padre, ni supo que era deseable.
Enviudó hace tres años. Y ahora, a pesar
de sus hijos adolescentes comenzó a salir con señores. Previne a mi amiga de sujetos nula
exposición /cero comprometerse, que suelen acampar en la biografía de
nuestras congéneres. Se cuidó tan bien, que un tipo fantástico la corteja
y le cuesta disfrutarlo.
Sufre,
claro, y en cuanto se levanta me llama.
-¿Estás despierta?
-No, pero te escucho.
Da vueltas y vueltas, hasta que la pobre
Clemen, virgen de toda terapia, me pide que le recomiende un colega porque
quizás lo mejor sería analizarse.
Ni se te ocurra, le grito.
Primero
debe aprender, solita, cuándo apagar la sesera y encender el corazón. Encender
y apagar.
Nadie dijo que sea fácil: se aprende mediante el remanido tanteo y ensayo, con imaginación y aprovechando los propios recursos.
Nadie dijo que sea fácil: se aprende mediante el remanido tanteo y ensayo, con imaginación y aprovechando los propios recursos.
Qué
son los recursos propios, indaga mi amiga. Capital emocional acumulado -esos son- de una vida vivida y jugada, con locura de la buena, sentido común a pasto y miedos de público conocimiento. Apagar, encender.
Tomará tiempo, tomará esfuerzo, pero garantizo que estará muy satisfecha cuando encuentre un modo de hacerlo, uno que será perfectible por definición, a su medida y autoconstruido.
Tomará tiempo, tomará esfuerzo, pero garantizo que estará muy satisfecha cuando encuentre un modo de hacerlo, uno que será perfectible por definición, a su medida y autoconstruido.
Ahora bien, si después de esos intentos
empecinadamente sigue creyendo que necesita un analista, lo volvemos charlar. Antes, ni se te ocurra.
No sé si mi analista piensa que hay gente que no necesita analizarse
ResponderEliminarNo dejes de preguntárselo!
EliminarSe podría incluso usar esa pregunta cada vez que se necesite elegir al próximo analista. Aunque, ay, muchos no contestan preguntas. Menos de ese tenor.
Te aclaro que yo tardé años en distinguir entre gente que no lo necesita de otros, como yo, que lo necesitaron mucho. Tuve la suerte de tener una analista vieja y sabia que me mostró cómo ser analista capaz de distinguirlo.
Crecer a... solas... o buscar tu mano en procura de ayuda?
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
EliminarMi amiga tiene recursos para buscar caminos y nuevas estrategias con el viejo método de mecaigoymelevanto.
ResponderEliminarEs irreverente, no te olvides. Le envidio su coraje, no te olvides tampoco.
Dirás que esta situación es distinta, que la sesera no cede fácil. Te doy la razón: la próxima vez le aconsejo que "al menos intente solita" distinguir cúando apagar/encender.
Y si después sigue creyendo que necesita ayuda, sí, claro, le daré la mano. Te digo más: desde el momento que llamó ya imaginé a qué colega -eventualmente, claro - la derivaría.