20 de febrero de 2015

NO QUERÍA





-¿Y tus padres?
Charlábamos separados de la artificiosa algarabía de un vernissage. Él, psicoanalista, ya había inquirido sobre mis padres como todo buen glotón de historias familiares.
-¿Y tus padres? – le tocaba a él contarme.
-Mi mamá –dijo- tenía frente amplia, boquita pintada, pies de muñeca; heredé su pelo negro y los ojos un poco miel, otro tanto verde. Tocaba la guitarra y tejía con dos agujas. Creció jugando rayuela en una casa y en una ciudad que ya no existe, ceñida por una tradición obsoleta. Su padre desapareció un verano y ninguno volvió a nombrarle. Heredó ese baúl con manteles hilvanados, alas de capelina, actas apolillándose. Era agnóstica. Y diabética. Tuvo dos hijas a las que vistió iguales y un hijo al que no atendió mucho. A los cuarenta años comenzó a achicarse transformándose en casi nada dentro de sí misma.
Se le quebró la voz.
-No tengas miedo –continuó- no voy a llorar. Aprendí cada domingo a no llorar. No llevábamos flores sino piedras. Vieras a mis hermanas y a mí empantanados frente a su tumba con el sol a la espalda y una sed terrible y unas ganas terribles de volver lo más pronto posible a casa. Al domingo siguiente otra vez a quitar yuyos, a limpiar el mármol con un pañuelo de tela empapado. No lloraba. No quería. Y ahora pienso si quizá, quizá digo, fue ahí donde comencé a prepararme para ser este sujeto que vengo siendo. El que quisiera ser.


3 comentarios:

  1. Me ha gustado... diferente y bien relatado, original... conformando los personajes.

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  2. Muchas gracias por tus palabras.
    Es una historia de gente que termina adquiriendo una profesión ligada a la intimidad, al devenir, a la variedad de miedos, a las dudas, a las apuestas vitales, a las fantasías de la gente.
    Y el camino hacia esa profesión comienza muy tempranamente.

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  3. Me gustó mucho. Me gustó cómo el personaje se define menos por lo que dice que por la forma de decirlo. Me gustó el rasgo intertextual de boquita pintada y la irónica asociación entre diabetes y agnosticismo, la contención en "dos hijas a las que vistió iguales y un hijo al que no atendió mucho" y me gustó el baúl con unos pocos despojos que pintan una vida. Me gustó.

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