26 de enero de 2012

DEJAMOS POR HOY


        


Mediodía. Cedí mi hora de almuerzo para atender a un paciente. Ayer llamó. ¿Es urgente? Urgente.
Cuando el paciente -llamémosle F.- ingresa, tengo la tremenda sensación de haberlo visto hace mucho tiempo; apenas reconozco su voz. Se sienta frente a mí y apoyando los codos en las rodillas hunde la cabeza entre sus manos. 
Callado. 
Sigue callado 16 minutos después. 
Yo muda a la par, y tan desorientada como ante el profesional de fuste que supervisó mis primeros pacientes siendo como era entonces una psicóloga novata e incauta disimulando infructuosamente su perejilez. Entonces.
Ahora es preciso que intervenga porque F. en algún momento dijo algo así como no puedo (o no quiero, tal vez) y tras suspiro agregó "recapitulemos por favor recapitulemos". En ese instante comprendo qué le urge, qué teme, qué espera en ese momento recibir; y entonces, sin apuro aguardando que se agoten los suspiros, le lanzo uno de mis clásicos ¿para qué?

         Se endereza con los ojos llenos de lágrimas. 

Todavía me cuesta permanecer del todo inmune al llanto de los pacientes, menos de los hombres (de los hombres en general) y me sobrevienen unas ganas tremendas de abrazarlo -no teman, jamás, jamás tomaría ese riesgo-. Me mira, nos miramos: que no es momento de frases hueras ni sesudas bien sabemos los dos. 
Entre tanto, vino viniendo el término de la sesión. Voy a poder, dice al fin. Estoy segura respondo, y remato con otros de mis clásicos dejamos por hoy.
Reímos. 
Se levanta y sin mediar anuncio me abraza; fuerte, como me gusta. Lo acompaño hasta la salida y espero con la puerta abierta a que llame al ascensor. Adiós. Adiós. 
Le había dado el alta la semana pasada, qué sentido tendría recapitular. Va a poder, no necesita más.





4 comentarios:

  1. Pregunto: Eso de incauta es lo que se llama una licencia poética, verdad? El resto me encantó. Felicitaciones por el emprendimiento

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    1. Incauta, en pasado. Más de lo que yo creía, por supuesto. Más de lo que mostraba, no lo dudes. Y mucho más de lo que mis pobres primeros pacientes se merecían.

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  2. Excelente!!! Acuerdo con lo de "incuata", en algún momento sí lo fuimos.

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  3. Muchas gracias por tus palabras.
    Fuimos incautos para decirlo de manera discreta. Venía mixturado con algo, con algo que ahora ya ni puedo describir.
    Las consecuencias personales de esa incautez no fueron menores que las profesionales. Y no hablo de las sociales porque a eso sí no me atrevo.

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