11 de octubre de 2013

NO PUEDO MÁS





No puedo más, dijo Walter y se fue. Ni siquiera azotó la puerta. Se fue. Irma pensó: en pocas horas vuelve.
Esa noche Walter faltó a dormir, y a la siguiente. Irma comienza a preocuparse, mas el hecho que él se llevase una parte de la parafernalia informática con la que trabaja, lo toma como signo de que está dispuesto a seguir su vida quizá en casa de un amigo, en un hotelito. Eludiendo indagar con los conocidos, se resigna a ubicar a su suegro y así se entera de que Walter le ha pedido prestada una valija. Para qué. Toda la ropa, toda, en su lugar, no se llevó nada. O sí? Revisa y reconfirma, ni la afeitadora. 

Conocí a Irma y Walter en Enero. Me consultaron a raíz de una crisis de pareja. Irma quería separarse. Walter de ninguna manera. Irma machaca que "algo" falta en la relación sin poder precisarlo. Walter farfulla que no quiere perderla, que no podría vivir sin ella, y llora -pocas veces he visto en sesión a un hombre llorar de esa forma- tratando de convencerla. Tras varios acuerdos, tras varios desacuerdos, se proponen encontrar el "algo" faltante en la convivencia misma. Dieron ellos por terminada la consulta al arribar a ese acuerdo.

Irma estuvo hoy en mi consultorio, me pidió una entrevista de urgencia y la ubiqué a primera hora. Walter regresó, un mes exacto después de su partida, entero pero triste. Regresó para empacar el resto de la parafernalia electrónica y una que otra prenda del guardarropa. Conversaron sin parar; Irma muy interesada en saber qué había hecho  en ese tiempo y él sólo repitiendo: darme cuenta, darme cuenta. Sí, se había dado cuenta que ese “algo” faltante era simple y dolorosamente que ella lo quisiera. Que ella lo quisiera.



2 comentarios:

  1. Hola Marta, me ha gustado el retroceso en la narración y luego el avance. Muy buen relato."Darme cuenta, darme cuenta", qué importante es darse cuenta...

    Un abrazo
    Sete

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  2. Querida, muchas gracias por tu lectura.
    Darse cuenta puede ser, como bien señalas, muy complicado lograr, incluso imposible. Y el tiempo, los tiempos, que uno se toma para arribar aunque más no fuere a una parte del asunto, suelen llevarse un pedazo de la expectativa, de la fuerza para tolerar las consecuencias, de la ilusión. Este personaje se dio cuenta y plantó. Y me gustó acompañarlo en el proceso.

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