30 de diciembre de 2014

TELÓN DE FONDO





31 de diciembre, 23.20 horas.
Ya paseó a los perros (Mao y Sigmund). Ya se preparó un pan con tomate y calentó café. Bajó las persianas y encendió la radio nomás como telón de fondo para evocar a Clarita.
Ella, pura galaxias de pecas y rubores imprevistos. Solía merodearla en pliegues y oquedades. Esa nuca catar y esa espalda toboganear hasta emborracharse con las piernas, con los pies. Supo acaparar sus pechos y acampar en su vientre para olerla, olerla sin prisas ya que el aroma de esa mujer no es secular ni terreno.
Remolinos de abrazos se procuraron. Delta de besos ella prodigó. Ninguna palabra florida, sin embargo. Ninguna robada.

Decidió telefonearle y se topó –obvio, a esa hora de ese día- con el contestador automático. Cortó. Quince minutos después volvió a llamar, no sin antes ensayar el mensaje que dejaría.
Hola Clarita, soy yo. Te dije que tenía que tomarme un tiempo, pero también te dije que este año sin falta me iba a contactar contigo. Necesitaba pensar y pensé. Y me decidí. Si me aceptás estoy resuelto a irme para allá; aunque eso sea como un pueblo, aunque no quede otra que vivir a cuadra y media de tus padres, y aunque tenga que empezar de cero un negocio o algo por estilo. Sí, estoy dispuesto a hacerlo. Y lo hago porque…–titubeó pues jamás expresó cosa parecida- porque yo… te amo.


4 comentarios:

  1. Hermosa declaración para fin de año. Salud amiga Marta. Un beso muy fuerte, Anna Genovés

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    1. Mi querida Anna: fin de año quiere dar el empujón a nuestra valentía. Hay que dejarse. Y si son valentías de amor: más.
      El personaje de este relato, al fin, dijo lo que ni siquiera se había animado a decirse a sí mismo. Cuestiones amor, claro.

      Un gran abrazo para ti también!

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  2. ah el amor! nos hace valientes,temerarios! pero nos completa como ninguna otra cosa! que buena manera de terminar el año! Gracias Marta, por estar ahí

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    1. Mi querida Ana, siempre te encuentro del otro lado del puente que traza estos relatos.
      Los amores nos constituyen, lo sepamos o no, lo busquemos o no. Apuran, cincelan, nos toman de la mano. Y al personaje de este cuento no lo dejan abandonar el año sin jugarse.

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