4 de enero de 2014

VOLVER A VERLA





Finalizando las breves vacaciones navideñas revisé todos los mensajes recibidos, incluyendo el de este paciente que con su permiso comparto.

“…llegué bien. Me esperaba en el aeropuerto. Menos linda de lo que imaginé, más dulce de lo imaginado. Los primeros momentos fueron difí- ciles: volver a Pescara de donde salí a los 19 años y volver a verla cargando yo con mi problema, mi secreto. A pesar de resistirme me acompañó al hotel: me urgía cambiarme pero no me atreví a desairarla. Después anduve sin compañía  la tarde entera, evitando rondar mi vieja casa, evitando las reminiscencias. A la noche salimos a cenar, ella había reservado una mesa con vistas al jardín adoquinado de un bodegón. Supuse que a la segunda copa de vino –un rojo rutilante - podría decirle algo de mí. Mientras tanto ella, fresca, plácida, detalló su vida de mujer prematuramente divorciada y sin hijos, su lucha por no enmohecer en un lugar donde todos sabían lo que sabían, y de vidas y muertes de sus vecinos que también habían sido míos. Yo, callado. Tenía presente lo que usted me dijo en una ocasión: una cosa es la verdad y otra el verdadicidio, y por eso temía contarle lo que estuvo a punto de impedir que tras meses de intercambio de mails aceptase ir a verla. El vino ayudó recién a la cuarta copa. Tal si hablara de un otro tonto e indefenso, fui narrando como la incontinencia se presentó artera y solapada machacando mi cotidianeidad, hasta convertirme en el hombre vencido que no quería ser. Ella escuchó, cómo decirlo, con dignidad. Y entonces supe que a pesar de los 58 años transcurridos sin verla, seguía siendo la muchacha arrebolada y arrebatada que amé y que dejé y que nunca quise recordar mientras armaba una familia lejos y me hacía abuelo y malencarado y con pañales. Y aunque en esos 58 años jamás la soñé siquiera, recién al enviudar me di cuenta que me hacía falta ella, sólo ella. En fin: acá estoy todavía y no tengo claro cuándo regreso, la mantendré al tanto. Afectuosamente, Carlo.”




foto: Genoveva Ayala

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