14 de febrero de 2015

RECAPITULAR





Morris se despertó con el sobresalto típico: no sabía dónde estaba ni cómo llegó hasta allí. A su lado, durmiendo desnuda y enrollada en el edredón, una pecosa melenita corta.
Encontró el jean y se encerró en el baño a recapitular. Veamos: una fiesta de psicólogos, un grupo de chicas que bufonean y coquetean sin ambages, y él optando por la pecosa (¿Mili, Bibi, Lily?). Luego un rincón, una terraza, unos besos en la llovizna. Ella lo invita a la casa. Bailan, cabriolean. Y sin demora lazar, calar, mordiscar, enzarzar.
Recién cuando bucea en su cintura acristalada se da cuenta que ésta no es aquélla a la que amó y lo abandonó.

La pecosa prepara el desayuno. No hay mucho. Improvisa. Es sábado y sigue lloviendo. Morris logra vestirse y se sienta en la otra punta, del lado de la panera y la macetita de cilantro. El café, la leche, revolver el azúcar con retardo.
- Dormiste muy agitado.
- ¿Yo? ¿Ah sí? No, no me di cuenta. Perdón, espero no haberte molestado.
- No hay nada que perdonar – dice, se acerca, y le apoya (suavidad extrema) la mano en la mejilla, sin mirar, sin mirarse.
Entonces Morris se larga a llorar. Y llora, reteniéndole la mano, hasta que se le desestruja el pecho.
- Mirá Lily…
- …Vicky…
- ... sí, claro, Vicky. No sé.  Yo no sé. No tengo idea. A lo que voy: es que no sé ahora qué decir…
-…no digas nada. No lo necesito. No lo necesitamos



10 comentarios:

  1. Que historia! Ideal para el día de los enamorados, que creo que es el día de los que son capaces de amar. Muchas gracias Marta, estoy solo y me hizo bien.

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    1. El día de los enamorados es de todos lo que quieren amar, y los que pueden, y de los que no los dejaron, y de los que siguen buscando y de los que no encontrarán tan facilmente. Hay que seguir festejándolo. Y creyendo en el amor, por supuesto.

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  2. Muy Buena. Ademas da la casualidad que soy pecosa...

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    1. Dicen que todas las pecosas necesitamos una historia de amor. Y nos las merecemos cada día más, aunque sea en una microficción como esta. Un abrazo!

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  3. Excelente, Marta, el contenido y la límpida y económica forma.

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    1. Guillermo, siempre se aprecia la mirada de un escritor sobre lo que uno se atreve a contar, sobre lo que uno se atreve a mostrar después de quitar y quitar hasta que las palabras no aceptan ni una más.

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  4. Para anónimo:
    somos capaces de amar, si nos dejamos, si dejamos que nos amen. Con esa capacidad nunca estaremos solos.// Soy yo la que te agradece, por cierto.

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  5. Ahora que pienso, el amor fugaz y la hoja del gyingo... eterno.

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    1. El amor al viento, de viento. El gynkgo está ahí, sigue allí, mientras ellos van, vienen, retoman, desarman.

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