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-¿Le
contó?
-No.
-¿Nada?
-Nada.
-¿Para
qué callarlo?
-¿Para
qué? No sé “para qué”. Lo que sé es que no puedo contárselo a Toby. Cómo le explico
a Toby que aquél cabrón era mi tío, que yo tenía 12 años con tetitas y
menstrua, que cuando ése más me manoseaba yo más paralizada me quedaba, que no
le dije a mis padres, que junto con mi tía me llevó de vacaciones y logró
sacarme de la playa con cualquier excusa para obligarme a.... Si no nos hubiéramos
mudado, no sé cómo habría terminado el asunto. Y ahora, cualquiera pensará que
callé por tonta: no era amenazada, iba cuando me lo ordenaban, sin chistar.
Cualquiera podría pensar que me gustaba incluso, que estaba entrando en la
edad de, buscando con, dispuesta a.
-¿Cualquiera
podría pensar eso?
-Sí,
cualquiera. Hasta usted que es mi analista puede pensarlo; en los libros de
psicología hablan tanto del deseo y de Deseo con mayúscula que no sé. Y
podría pensarlo Toby que le gusta estar conmigo, que cree que soy linda,
buena. Si supiera lo que viví entonces, huiría: no puedo darme el lujo…
-Lujo sería que él no huya aun sabiéndolo.
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6 de abril de 2016
CUALQUIER EXCUSA
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